Se acerca el verano y es en esta época cuando los cursos para aprender a nadar se llenan de niños y niñas con la intención de adquirir las destrezas necesarias para poder defenderse en las playas y piscinas de toda España a lo largo del periodo estival. Durante el desarrollo de estas actividades acuáticas pueden producirse a menudo accidentes, algunos que pueden solucionarse con facilidad, y otros que provocan graves resultados. No debemos olvidar que la mejor forma de evitar problemas en el agua o situaciones de emergencia es prevenirlos.
Por eso el mejor consejo al respecto es que el monitor o profesor controle, antes de impartir sus clases, aspectos tan diversos e importantes en la seguridad como son los siguientes:
1. Características de la piscina:
o Profundidad, distancias.
o Estado del agua (temperatura, turbidez, niveles químicos, etc.).
o Zonas peligrosas (dentro y fuera) por bordes, superficies deslizantes, obstáculos o cualquier otro elemento peligroso.
2. Nivel de los alumnos:
o No perder de vista a los que menos saben.
o No perder de vista a los que son demasiado «atrevidos».
3. Exigencias de la sesión que se va a impartir:
o Conocer perfectamente el nivel de salud y condición física de los alumnos.
o Vigilar con más atención en los momentos de mayores requerimientos.
o No relajar la atención en los momentos de actividad libre o juego.
4. Normas básicas:
o Dejar muy claras las normas de seguridad, tanto al entrar como al salir y en el desarrollo de la sesión.
o Asegurarse de que todos los alumnos adquieren una mentalidad preventiva.
o Dejar claro desde el principio cómo deben comportarse los alumnos cuando suceda algún problema, imprevisto o situación de emergencia, buscando en ellos una ayuda y no un entorpecimiento en la acción del rescate o solución del problema.
o Llevar siempre un control total y absoluto sobre los alumnos, conociendo el número y sus nombres.
Debemos tener en cuenta que en los cursos para aprender a nadar el objetivo no se conseguirá en un corto periodo de tiempo, algo que es imposible hasta tener un mínimo control sobre el movimiento segmentario y que se logra a finales de la primera infancia. Con estas lecciones el alumno puede llegar a dominar unas técnicas que le permitan desplegar su conducta en el agua con una relativa autonomía, pero nunca le garantizan su seguridad frente a un posible incidente. Por ello hay que mantenerse siempre alerta asegurando la seguridad de los más pequeños.
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muy buena la informacion que debe saber si o si
el monitor de natacion